martes, 6 de mayo de 2014

TODOS SOMOS IGUALES Y DIFERENTES

Había una vez un lejano país llamado “SOLMARAVILLOSO”. Allí vivían Don Elefante, Don Pájaro, Don Mono, Don Pez y Don Conejo. Vivían muy contentos y felices hasta que decidieron construir un colegio para sus crías. Don Elefante que era el alcalde de “SOLMARAVILLOSO” dio el permiso para que se construyera, pero puso una condición: entre todos deberían construirlo y entre todos deberían decidir las asignaturas que se impartirían. Una vez todos de acuerdo, empezaron a fabricar el colegio. Don Pájaro se encargó de realizar los planos. Don Elefante quiso colaborar y arrastró los troncos de los árboles para realizar los pilares de la estructura del colegio. Don Conejo hizo los boquetes en la tierra donde iban clavados los troncos. Doña Mona trajo las cuerdas fabricadas con las hojas de los árboles y así poco a poco cada uno fue realizando alguna tarea. Una vez construido el colegio empezaron a debatir las asignaturas que se impartirían, pero no se ponían de acuerdo y cada uno decía una. Don Pájaro quería clases de vuelo, Don Conejo clases de atletismo, Don Mono clases de escalar y Don Pez de natación. Así que decidieron que todas las asignaturas expuestas se impartirían y que todos los alumnos deberían aprobarlas para obtener el título de ¨Experto en el trabajo”. Una vez comenzadas las clases imaginaos lo que sucedió. Las crías de Don Pájaro obtenían buenas calificaciones en las clases de vuelo pero bajas en las de natación, atletismo etc. Las crías de Don Conejo eran muy buenas en atletismo pero pésimas en las restantes. Y así sucesivamente. Todos estaban desanimados pues veían como aprobaban alguna asignatura pero otras no, aunque le ponían empeño. Cuando en Navidades después del primer trimestre les entregaron las notas a sus padres, ninguna de las crías había aprobado todas las asignaturas. Los padres estaban muy disgustados con ellas y decidieron ir a hablar con Don Elefante que era el alcalde para ver si les daba alguna solución. Don Elefante les dijo que todas las crías eran diferentes y que cada una tenía una virtud y destacaba en algo. Que los únicos responsables de esas calificaciones lo tenían los mismos padres, pues se habían puesto de acuerdo en construir el colegio teniendo en cuenta la virtud de cada uno, aportando lo que mejor sabían hacer, pero no lo habían aplicado al elegir las asignaturas en la escuela. Finalmente decidieron cambiar las asignaturas y aprendieron que no todos deben ser buenos en todos los ámbitos pues todos somos diferentes con nuestras virtudes y nuestras dificultades. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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